Karina Superó Bullying y Bulimia y Adelgazó 36 Kg
La adolescencia es un período de grandes cambios en la vida de una persona y por lo que no suele ser una fase tan fácil. ¿Imagínese entonces estar pasando por ese momento de transición, estar por encima del peso y tener que aturar el bullying de los compañeros de la escuela, recibiendo apodos ofensivos como "chupete de ballena", con apenas 12 años de edad? Puede moverse con la cabeza de cualquiera, ¿no es así?
Fue precisamente eso lo que sucedió con la estudiante paulista Karina Moreira da Silva, hoy con 20 años. Al principio, ella intentaba relevar las provocaciones, pero conforme el tiempo fue pasando y la muchacha veía a sus amigas crecer y cambiar de cuerpo, ella empezó a estar muy preocupada por la situación.
Entonces Karina comenzó a investigar sobre la bulimia - un trastorno alimentario en el que la persona come en exceso y vomita lo que ingerió para evitar la ganancia de peso - como una manera de tratar de adelgazar.
Como ya estaba acostumbrada a comer exageradamente, la joven no necesitaba hacer tanto esfuerzo para conseguir vomitar. Sin entender la gravedad de su problema, ella continuó con el hábito hasta los 17 años de edad. "Era muy nueva y mi cabeza era diferente. "Yo no tenía miedo y eso no me afecta, porque lo importante era ser magra", admitió.
Con el tiempo, el disturbio empezó a afectar su salud y perjudicar su desempeño en la escuela. Ella también contó que pasaba mal en el colegio y su raciocinio se había quedado lento.
Karina intentó disimular, pero no pudo ocultar el problema de su madre y hermana, que al descubrir y cuidar de la muchacha, fueron fundamentales para los primeros pasos de su recuperación. "Ellos hablaron conmigo y me cuidaron, para que yo no hiciera nada más cerca o lejos de ellas. "Hizo mucha diferencia, hasta más que la terapia que yo hice".
Y la madre de la estudiante continuó animando la salud de la joven: de regalo de cumpleaños, ella ganó un período en la academia. Allí, Karina encontró una forma de calmarse y decidió cambiar sus hábitos, disminuyendo las porciones de los alimentos que comía.
Un año y medio después de eso, ella había salido de los 98 a los 48 kg, pero seguía con la salud débil, ya que las crisis de bulimia todavía persistían. A causa de la enfermedad, ella sufría con crisis fortísimas de gastritis.
Al buscar al médico y hacer exámenes, descubrió que la gastritis podría evolucionar hacia una úlcera y entendió que lo que hacía no valía la pena. Era lo que necesitaba para Karina poner un punto final en la bulimia.
Hoy, más sano, con 62 kg - 36 a menos que los 98 que pesaba anteriormente - el nuevo estilo ya está completamente incorporado a la vida de la paulista. Como pasa todo el día lejos de casa, ella hace cuatro marmitas y come de tres en tres horas, pero nunca en grandes cantidades. Ella también consigue conseguir tiempo para meterse en la academia cinco veces por semana.
A pesar de sufrir menos con gastritis, Karina - que actualmente cursa la facultad de psicología - todavía tiene reflejo de la bulimia en los dientes y admite que la forma que llegó a los 48 kg no fue la mejor. Ella confiesa haber adelgazado para que nadie la critica, pero entiende que eso acabó alcanzando a ella ya su familia.
Ahora la estudiante levanta la bandera de que es posible adelgazar de manera adecuada, sin querer agradar a las otras personas. Su meta es llegar a los 56 kg de forma sana y hacer una abdominoplastia, para deshacerse del exceso de piel que adquirió debido a su pérdida de peso.

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