Cómo funciona la memoria muscular
Usted sabe por qué, incluso después de mucho tiempo sin practicar, no se olvida de cómo andar en bicicleta o de cómo bajar las escaleras? ¿Y por qué al volver a la academia después de unas semanas sin entrenar los músculos parecen responder con más facilidad a los entrenamientos?
Hasta hace poco, científicos creían que la explicación para los dos hechos estaría en los mecanismos de funcionamiento del sistema nervioso central. Aunque la actuación neurológica puede estar asociada a la rápida ganancia de fuerza después del retorno a los ejercicios, no explica cómo es posible ganar músculo rápidamente después de una pausa más larga en los entrenamientos.
Pero si el cerebro no es el responsable directo por la rápida readaptación muscular como pensábamos, ¿tendrían los propios músculos una especie de memoria de la época en que usted estaba entrenando regularmente?
Dos tipos de memoria muscular
Hay básicamente dos tipos de memoria muscular. La primera se refiere a la memorización de determinados movimientos, como por ejemplo andar en bicicleta como citamos arriba. Aunque quede sin pedalear por décadas, usted nunca olvidará cómo permanecer en equilibrio en el banco e ir adelante.
Aunque se llama músculo, esta memoria es en realidad regida por el cerebelo, la parte del cerebro que coordina las actividades del músculo esquelético, del tacto, de la audición y de la visión.
Es decir, no es el músculo que memoriza un determinado movimiento, sino un conjunto de neuronas (conocidas como células de Purkinje) que logra recordarse de un movimiento ya conocido para que pueda ser repetido en el futuro.
El otro tipo de memoria muscular es aquel que vamos a discutir en este artículo, pues se refiere a la rápida respuesta de los músculos al entrenamiento de fuerza incluso en situaciones en que permaneció cierto tiempo sin ser estimulado.
Cómo el músculo crece
Antes de entender cómo funciona la memoria muscular, vamos a recordar brevemente porque sus músculos crecen cuando usted practica la musculación.
- El núcleo
El camino hacia los músculos más grandes y más definidos pasa obligatoriamente por el núcleo de la célula, ya que es él quien controla la síntesis de proteínas que se unir para formar más tejido muscular.
En realidad, el primer efecto que los entrenamientos con peso tienen sobre la musculatura no es hacer crecer el músculo, sino formar más núcleos, que a su vez van a estimular la producción de más fibra muscular.
- Como funciona
Debido a su tamaño, las células musculares poseen en su interior una serie de núcleos, estructuras que están directamente involucradas en el proceso de síntesis de proteínas. Si sólo hubieran un núcleo, como ocurre con la casi totalidad de las células del cuerpo humano, las fibras podrían producir sólo una pequeña cantidad de proteínas.
Por lo tanto, tenemos que, para crecer, una célula muscular necesita más núcleos, al final ellos están directamente involucrados en el proceso conocido como traducción, es decir, la síntesis de proteínas (actina y miosina).
Estos núcleos se forman a partir de células "reservas" (denominadas células satélites), que todavía no son "especializadas", es decir, todavía no se transforman en una célula muscular y que se encuentran alrededor de las células musculares.
Para unirse a los núcleos preexistentes, estas células necesitan multiplicarse y pasar por un proceso de diferenciación. Los ejercicios de fuerza son óptimos para estimular este proceso, ya que al hacer sus series usted está dañando la pared de las células musculares.
- Factores de crecimiento muscular
Este daño a su vez lleva a una liberación automática de una serie de factores de crecimiento, entre ellos el IGF-1, y el FGF, que salen de las células musculares y van a promover la diferenciación de las células satélites de "neutras" para fibras musculares. Luego las células satélites se unen a la fibra muscular preexistente y donan sus núcleos.
- Hipertrofia muscular
El resultado de toda esta secuencia es que ahora la fibra muscular puede crecer, pues posee las estructuras necesarias para la síntesis de proteínas. El proceso exacto de hipertrofia muscular no es todavía muy bien comprendido por los científicos, pero ya se sabe que el ejercicio promueve el aumento del volumen muscular por crecimiento de las fibras preexistentes, y no exactamente la formación de nuevas células.
Parece complicado, pero en realidad todo lo que usted necesita saber para entender la memoria muscular es que las fibras que componen nuestros músculos están formadas por varias pequeñas estructuras que permiten un crecimiento mayor que el de las otras células.
De manera extremadamente simplificada, es como comparar una casa que está siendo construida por un solo albañil con otra que está siendo levantada con el trabajo de cinco personas.
Entender la Memoria Muscular
Durante muchos años se creyó que, una vez atrofiado, ya no sería posible recuperar un determinado músculo.
En cuanto a la falta de ejercicio o por lesión, los investigadores siempre imaginaron que la inactividad hiciera que los nuevos núcleos celulares obtenidos durante los entrenamientos fueran permanentemente eliminados a través de la muerte celular programada (apoptosis).
Para ellos, la fibra muscular simplemente moría y listo, no había modo de recuperarla. Quien parara de ir a la academia al final del año y retomara los entrenamientos dos meses después debía comenzar desde cero y esperar que nuevas células se formar y comenzar a fusionarse para reconquistar la masa magra perdida.
Pero parece que no es así. Una encuesta publicada en 2010 por investigadores de la Universidad de Oslo causó un giro en el asunto al afirmar que en realidad los nuevos núcleos celulares obtenidos con los entrenamientos permanecen donde estaban por hasta 3 meses.
Es decir, aunque usted quede sin pisar la academia por más 90 días, al volver a los entrenamientos sus músculos no reaccionará de la misma manera que su primera vez en la musculación. Como los núcleos adicionales todavía están allí, será mucho más fácil aumentar la síntesis proteica y promover la hipertrofia.
El estudio
La investigación que causó un giro en la forma en que los científicos veían el funcionamiento de la memoria muscular fue desarrollada por el investigador noruego Kristian Gundersen utilizando animales de laboratorio.
Se realizó en dos etapas, el estudio analizó la secuencia de eventos que conduce al crecimiento muscular y el comportamiento de las fibras después de la reanudación del estímulo subsiguiente a un largo período de inactividad.
En la primera fase, Gundersen y otros investigadores simularon el efecto del entrenamiento de fuerza en los músculos de los pies de ratas. A partir del sexto día, a medida que eran estimulados, los músculos pasaron a presentar un número mayor de núcleos celulares, como se esperaba.
Las células comenzaron a "inchar" a partir del 9º día de experimento, siendo que a lo largo de 21 días de estímulo se observó un aumento del 54% en el número de núcleos en cada fibra muscular. Estos resultados permitieron concluir que la proliferación de los núcleos antecede a la ganancia de masa muscular.
En el segundo conjunto de experimentos, los investigadores estimularon los músculos de los roedores durante dos semanas y luego cortaron los nervios que los estimulaban, para inducir la atrofia.
A medida que los músculos se atrofiaron las células comenzaron a "marchitarse", llegando al final del estudio con apenas el 40% del tamaño que presentaron cuando estaban en el ápice de volumen. Pero, para sorpresa de Gundersen y sus colegas, el número de núcleos en las células permaneció igual.
Además, ese resultado permaneció inalterado por tres meses, o sea, incluso sin recibir ningún tipo de estímulo, las células mantuvieron todos sus núcleos que habían sido añadidos durante la simulación del entrenamiento de fuerza.
Y como no murieron, los núcleos están técnicamente listos para volver a fabricar nuevas proteínas tan pronto pasen a recibir estímulos nuevamente. El científico todavía no sabe si ese resultado es duradero, pero es posible que los núcleos permanezcan vivos por un largo período incluso inactivos.
Beneficios de la memoria muscular
Además de facilitar la vida de quien pasó un tiempo lejos de la academia, el descubrimiento de que las fibras musculares mantienen los núcleos adquiridos durante los ejercicios puede tener otros beneficios.
Puede por ejemplo auxiliar en el tratamiento de una serie de condiciones, como la atrofia y la pérdida de masa muscular asociada a la edad.
Para los científicos, la gran ventaja de poder acumular una serie de núcleos en las células es que usted aprovechar para adquirirlos en mayor cantidad mientras que es joven (la capacidad de ganar masa muscular también disminuye con el paso del tiempo), y así controlar la disminución natural de masa magra que comienza ya a partir de los 30 años.
Y saber que usted no va a perder todo lo que conquistó después de aguantar entrenamientos pesados puede dejarlo con menos culpa al tomar algunos días (o hasta semanas) de descanso de los ejercicios con peso.
Memoria muscular y Dopaje
Una posible implicación del estudio noruego es en relación a atletas que utilizan sustancias prohibidas (se lee esteroides anabolizantes) para obtener una mejora en el desempeño deportivo.
Esto es porque las investigaciones anteriores sugieren que la testosterona aumenta el número de núcleos en las fibras musculares en una proporción muy superior a la causada por los ejercicios.
¿Y qué pasa si un atleta es suspendido por dopaje pero al regresar a los entrenamientos permanece con la ventaja de poseer muchos núcleos más en sus células musculares?
Es algo a pensar, definitivamente.
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