El cerebro humano es programado para rechazar las dietas, afirma estudio - ¿Qué hacer?
¿Alguna vez se preguntó por qué puede ser tan complicado seguir una dieta para adelgazar? Bueno, según un grupo de investigadores del Campo de Investigación Janelia Farm, del Instituto Médico Howard Hughes, en Estados Unidos, eso es culpa de nuestro cerebro, que está programado para rechazar las dietas. De acuerdo con la investigación hecha por ellos, el efecto de sentir horror a la dieta es causado por las células del cerebro que son sensibles al hambre, llamadas de neuronas AGRP.
Según la BBC, los científicos llegaron a esa conclusión después de haber realizado experimentos que mostraron que las neuronas AGRP hacen que las sensaciones desagradables surgen en el momento del hambre, lo que hace que los ya sabrosos aperitivos parecieran ser aún más resistentes.
Lo que se sabía es que cuando no hay suficiente energía en el organismo, esas neuronas se activan y una vez que están activos, los animales se alimentan. Sin embargo, no se conocía cómo actuaban para estimular el ser a alimentarse.
Fue entonces que para descubrir cómo ocurre el proceso, los investigadores resolvieron ejecutar una serie de pruebas de comportamiento en los ratones. En un primer momento, los científicos tomaron un grupo con animales bien alimentados y les ofrecieron dos tipos de gel, uno con sabor de fresa y otro de naranja. A pesar de que ninguno de ellos contenía nutrientes, los animales experimentaron los dos.
Después de esta etapa, los responsables del estudio manipular señales de hambre en el cerebro de los ratones y unir las neuronas AGRP en el momento en que comían uno de los geis con sabor. Lo que ellos identificaron fue que en las pruebas siguientes, los animalitos evitaron el gel que estaba relacionado con la falsa señal de hambre.
Más tarde, en otro experimento, los investigadores apagaron las neuronas en cuestión mientras los bichitos consumían cierto gel. Entonces, se verificó que ellos desarrollaron una preferencia en relación al sabor relacionado a la desactivación de las neuronas AGRP. Esto indica que la parada de la sensación desagradable motivada por esas neuronas fue lo que los estimuló.
Otro hecho percibido por el equipo de investigación fue que los ratones pasaron a evitar los lugares que estaban cuando esas neuronas habían sido activadas y preferir el lugar en que se encontraban cuando fueron apagados.
Para entender mejor sobre lo que ocurría en el interior del cerebro de los ratones hambrientos y cómo funcionaban las neuronas AGRP de los animales, los científicos utilizaron un microscopio minúsculo para examinar la parte de dentro del cerebro de ellos.
Lo que se verificó es que hasta que los animales encontraron alimento, esas células permanecían activas. Un hecho interesante notado por los científicos fue que no era necesario que los ratones necesariamente comieran para que la actividad de las neuronas parara. Era suficiente que los bichitos vieran la comida o recibieran una señal de que estaban a punto de comer.
Entonces, en el momento en que se estaban alimentando, la actividad de las neuronas AGRP era baja.
Los científicos todavía hicieron experimentos parecidos para probar lo que sucede con la sed. Y el resultado fue parecido, ya que se observó que los ratones evitaban los lugares donde las neuronas relacionadas con la sed habían sido activadas, lo que sugiere que esas células también ofrecen una sensación desagradable.
Sobre esa semejanza entre el hambre y la sed, el investigador líder del estudio Scott Sternson afirmó: "Hay una calidad motivacional parecida entre el hambre y la sed. Usted quiere que las dos terminen. "
Si pensamos en una dieta restrictiva, que cambia los hábitos de alimentación de una persona, haciendo que coma menos, la relación entre las emociones negativas y esos momentos en que ella no puede comer tanto como estaba acostumbrada e inevitablemente siente hambre, ciertamente hará con que seguir esta nueva rutina para perder peso realmente sea bastante difícil.
Para Scott Sternson, lo que el cerebro hace es simplemente responder a una necesidad del cuerpo. "Sospechamos que estas neuronas están imponiendo un costo por usted no lidiar con sus necesidades fisiológicas (como el hambre)", explicó.
Es importante resaltar aquí que esas neuronas no son exactamente los responsables de hacer a alguien -o un animal- comer, sino que lo estimulan a responder a las señales que demuestran que existe la presencia de alimento en el ambiente en que se encuentra. Según Scott Sternson, las neuronas AGRP funcionan como un sistema motivacional para que las necesidades fisiológicas de un animal o del ser humano sean satisfechas.
El estudio realizado por científicos en los Howard Medical Institute Houghes fue publicado en la revista Nature.
Estudios anteriores
En investigaciones realizadas previamente, las neuronas promotores de la alimentación analizadas habían demostrado que el proceso ocurría por medio de sentimientos agradables en relación a la comida. Era aquella vieja máxima: cuanto más hambre la persona siente, mejor es el gusto de una comida.
Por eso, algunos científicos levantaron la hipótesis de que la relación entre una emoción negativa y el hambre podría estar equivocada. Sin embargo, el conocimiento de ellos al respecto aún era incompleto y después de la investigación hecha en relación a las neuronas AGRP, quedó evidente que ellos actúan en relación a la alimentación por medio de sentimientos desagradables.
La Dieta de las Cavernas: Cómo funciona, Menú y Consejos
Sería una mentira afirmar que no se consume condimentos y productos industrializados hoy en día. La obesidad y la diabetes son consecuencias que están cada vez más presentes en la población, independientemente de la nacionalidad. La practicidad ofrecida por la industria alimentaria viene comprometiendo la salud y bienestar de las personas y los kilos más representa los maleficios que ese comodismo puede ofrecer a nuestra salud. Debe
Tomar jugo de remolacha puede aumentar su resistencia en los ejercicios, muestra la investigación
En el complejo B y C, la remolacha es un alimento que ofrece diversos beneficios a la salud, como la prevención y la prevención de enfermedades, el tratamiento de anemia, ayuda en la formación de los huesos, regulación de las funciones musculares y nerviosas y fortalecimiento del sistema inmunológico. Y u