Alergia a Lactosa - Síntomas, Qué Evitar y Cómo Tratar
Muchas personas piensan que la alergia a la lactosa y la intolerancia a la lactosa son lo mismo. A pesar de algunos síntomas similares, son condiciones causadas por diferentes motivos.
Vamos a hablar abajo sobre la alergia a la lactosa, sus síntomas y dar consejos sobre cómo tratar la alergia. Además, vamos a mostrar lo que evitar para no sufrir con los síntomas incómodos y peligrosos de la alergia.
Alergia a la lactosa x Intolerancia a la lactosa
La lactosa es un azúcar presente en la leche y en varios productos lácteos. Muchas personas sufren con intolerancia o alergia a este azúcar en alguna etapa de la vida principalmente debido al consumo de leche de vaca, pero otros tipos de leche como el de oveja, cabra, búfalo y otros mamíferos también pueden causar problemas.
La principal diferencia entre la intolerancia a la lactosa y la alergia a la lactosa tiene que ver con la causa del problema. La intolerancia a la lactosa involucra el sistema digestivo. En los casos de intolerancia, su organismo no es capaz de producir la lactasa, enzima responsable de digerir la lactosa obtenida a través de la dieta. Así, en lugar de ocurrir la digestión del azúcar de la leche, la lactosa no digerida se mueve al intestino, donde es descompuesta por bacterias presentes en el órgano. Esto puede ser bastante incómodo, pero no hace mal para la salud.
La alergia a la lactosa tiene que ver con el sistema inmunológico. Si usted tiene alergia, su cuerpo reconoce la lactosa como una sustancia peligrosa para el organismo y libera sustancias para combatir la proteína, lo que causa síntomas alérgicos. La alergia a la lactosa es bastante común principalmente en los niños. Cerca de 2 de cada 100 niños hasta 4 años presentan la alergia.
Síntomas de la alergia a la lactosa
Los síntomas de la alergia a la lactosa en los adultos son mucho menos comunes que en los niños, pero también se pueden observar. Entre ellos, se destacan síntomas en la piel, síntomas respiratorios y gastrointestinales, que pueden ocurrir aisladamente o al mismo tiempo.
- Cambios en la piel
Las reacciones en la piel se pueden observar inmediatamente después de beber o comer productos lácteos o un día después del consumo. Es posible que ocurran erupciones en la piel que se extienden por el cuerpo, dando una apariencia de piel inflamada. También pueden ocurrir eccemas, que se caracterizan por manchas y picazón en la piel que se seca.
También hay casos en que ocurre una hinchazón en las capas más profundas de la piel, lo que se llama angioedema. Otros síntomas en la piel incluyen erupciones cutáneas, hinchazón de los labios y la cara y urticaria.
- Problemas digestivos
Según la Organización Mundial de Alergia, si usted es alérgico a la leche, el consumo del producto puede encender la totalidad tracto gastrointestinal, a partir de la boca. De esta forma, se pueden observar hinchazón en los labios cuando se bebe leche, por ejemplo. Además, el esófago puede inflamarse, lo que dificulta la deglución, provocando náuseas y vómitos. También pueden aparecer síntomas similares a la enfermedad del reflujo gastroesofágico que incluyen hinchazón, cólicos estomacales, gases, constipación o diarrea.
- Problemas respiratórios
Los síntomas respiratorios relacionados con la alergia a la lactosa incluyen alergia como rinitis, que implica síntomas como estornudos, secreción nasal, irritación en la garganta y prurito en la región nasal. Chiado, apretón en el pecho y la falta de aire también pueden ocurrir, pero son síntomas menos comunes.
Otro síntoma raro de alergia a la lactosa es una reacción asmática, que ocurre raramente debido a la inhalación de leche en polvo o vapor de leche hirviente.
- Reacción anafiláctica
En casos graves de alergia a la lactosa se puede producir anafilaxia, una reacción alérgica grave que puede conducir a la muerte debido al bloqueo de las vías respiratorias y otros síntomas. Se trata de una emergencia médica, pues es una reacción sistémica, o sea, afecta a varios sistemas del cuerpo al mismo tiempo. En una reacción anafiláctica pueden ocurrir síntomas gastrointestinales y respiratorios incluyendo la dificultad de respirar. También pueden observarse sibilancias, temblores, desmayos y convulsiones.
diagnóstico
El diagnóstico se realiza a través del análisis de su historial médico para evaluar sus síntomas. Las personas propensas a otros tipos de alergia como eczema, rinitis o asma tienen más probabilidades de presentar alergia a la lactosa. Además, los niños suelen tener una mayor incidencia de la enfermedad.
Hay varias pruebas para probar la intolerancia a la lactosa. Sin embargo, para confirmar la alergia, normalmente se realiza la evaluación de los síntomas o una prueba cutánea que implica el uso de un líquido conteniendo el alérgeno aplicado directamente bajo la piel en el antebrazo o en la espalda. Si se observa una hinchazón en la región acompañada o no de picazón, usted es alérgico a la lactosa.
El médico puede solicitar también un examen de sangre que mide la cantidad de algunos anticuerpos en la sangre involucrados con la reacción del sistema inmunológico a la lactosa. En caso de duda, el profesional de la salud también puede pedir que usted haga una prueba oral con diversos alimentos que contienen lactosa en cantidades cada vez mayor para comprobar cómo su coro reacciona a la sustancia.
Cómo tratar
El principal tratamiento para la alergia a la lactosa es evitar el consumo de leche y productos lácteos y cualquier tipo de exposición a la lactosa. La alergia es algo muy serio que necesita orientación médica, preferentemente de un alergista, que ayudará a montar un plan alimentario para evitar la lactosa de acuerdo con la gravedad de sus síntomas.
En algunos casos, el médico puede recetar antihistamínicos para controlar los síntomas de exposición accidental a la lactosa.
La anafilaxis, que es el síntoma más grave de la alergia a la lactosa, generalmente ocurre cuando la persona no sabe que es alérgica al azúcar de la leche o ingiera lactosa de forma accidental. En estos casos, el médico probablemente aplicará una inyección de epinefrina para retardar o interrumpir la reacción alérgica.
A pesar de estos recursos como los antihistamínicos y las inyecciones de epinefrina, lo ideal es realmente cortar la lactosa de su alimentación.
Qué evitar
Es posible vivir bien con alergia a la lactosa tomando algunos cuidados sencillos. Es esencial evitar el uso de alimentos y bebidas lácteas. Hoy en día, tenemos varias opciones en el mercado de productos exentos de lactosa. Basta con leer las etiquetas con cuidado o ir en una tienda especializada en el tema.
Además de los alimentos comunes que contienen lactosa, como leche y derivados como quesos y mantequilla, también hay que evitar algunos productos como conservas de atún, bebidas energéticas y algunas gomas de mascar, que pueden contener lactosa en su composición.
A continuación, preparamos una pequeña lista con los principales alimentos que deben ser evitados por quienes tienen alergia a la lactosa:
- Mantequilla o margarina;
- queso;
- quindim;
- leche;
- yogur;
- helado;
- pudín;
- pan;
- Salsas blancas;
- el chocolate;
- cereales;
- pasteles;
- galletas;
- Puré de patata;
- Salsas de ensalada;
- Carnes o pescados enlatados.
Algunos de los alimentos enumerados anteriormente pueden tener versiones sin lactosa. Siempre consulte la etiqueta para asegurarse de que el producto que compra es libre de lactosa para evitar problemas.
No se recomienda ingerir productos que contengan una cantidad reducida de lactosa, ya que incluso una cantidad menor es capaz de generar reacciones alérgicas.
Alergia a la lactosa tiene cura?
Todavía no hay una cura para la alergia a la lactosa. Sin embargo, algunas personas pueden tener una disminución de los síntomas conforme van envejeciendo, pues el sistema inmunológico acaba teniendo menos probabilidades de reaccionar a la leche.
Algunos estudios científicos vienen siendo desarrollados para probar la inmunoterapia como una posible cura para la alergia a la lactosa. En estos estudios, los pacientes reciben pequeñas cantidades de productos que contienen lactosa en dosis gradualmente crecientes para intentar alterar la respuesta del sistema inmunológico en relación a la lactosa.
En la actualidad, existen varios substitutos de leche libres de lactosa, como la leche de arroz, la leche de coco, la leche de soja, la leche de cáñamo y la leche de nueces, por ejemplo. También son fácilmente encontrados productos de origen lácteo sin lactosa como yogures, helados y hasta quesos.
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