Placenta Previa - Qué es, Tipos y Cuidados
El período de gestación es un momento especial en la vida de la mujer. Además de los cambios naturales en el cuerpo femenino, también pueden ocurrir síntomas de mareo, cansancio, piernas hinchadas, sueño excesivo, inestabilidad emocional, pudiendo también ocurrir pequeños problemas o incluso complicaciones más graves durante el embarazo. De esta forma, es siempre fundamental el adecuado acompañamiento médico y también la realización de algunos cuidados.
Vamos a conocer a continuación lo que es el problema de placenta previa y conocer los principales tipos y los cuidados necesarios en el día a día para los pacientes.
¿Qué es la placenta?
La placenta es un órgano que se desarrolla durante la gestación, actuando en diversas funciones, siendo la primera de ellas la protección del bebé dentro del útero, principalmente contra impactos. Otra función fundamental de la placenta es que ésta es responsable de la transferencia de nutrientes y de oxígeno entre la madre y el bebé, garantizando la vida y el desarrollo del feto.
La placenta también es responsable de auxiliar en la secreción de algunas hormonas que son esenciales para esta fase, ayudando a aumentar la protección inmunológica del bebé y también siendo responsable de la eliminación de residuos del mismo a través de la orina, por ejemplo.
La placenta se forma a través de tejidos tanto del útero y del feto. El crecimiento de la placenta ocurre de forma más intensa al inicio del embarazo y hasta el final de la gestación, el bebé ya será mayor y más pesado que este órgano. Durante la realización del parto normal, la placenta es expulsada del cuerpo de la mujer después de 4 a 5 contracciones uterinas.
Sin embargo, algunas complicaciones pueden ocurrir en este órgano durante el embarazo, creando un riesgo para el bebé y para la madre, trayendo graves consecuencias para la gestación. Entre los muchos problemas que pueden ocurrir está el desplazamiento de la placenta, el problema de placenta calcificada o envejecida, el infarto de la placenta, la trombosis placentaria y la placenta previa, entre muchos otros.
¿Qué es el problema de la placenta previa?
La placenta previa es uno de los problemas que pueden ocurrir durante el embarazo que ocurre en función del posicionamiento de la placenta, normalmente, al inicio de la gestación. Esto ocurre cuando la placenta recubre de forma parcial o totalmente la abertura interna del cuello del útero, impidiendo la realización del parto normal.
Cuando la placenta está cerca del cuello del útero, más adelante, puede ocurrir sangrado, llevando a situaciones más graves e incluso a un parto prematuro. Algunas mujeres, en el momento de dar a luz, necesitan ser sometidas, incluso, a una cesárea en función del problema.
En general, durante el embarazo, la placenta se mueve según el útero crece, siendo normalmente más baja al inicio de la gestación y moviéndose a lo largo de todo el período de embarazo. Lo ideal es que en el tercer trimestre, la placenta esté cerca de la cima del útero, ayudando a permitir la salida del bebé en el parto normal.
Es posible realizar fácilmente el diagnóstico de la placenta previa a través de un ultrasonido al comienzo del embarazo. Durante el proceso de crecimiento del bebé en la gestación, el útero aumenta de tamaño y ocurre un alejamiento natural de la placenta en relación al cuello del útero, pudiendo también ocurrir cambios de posicionamiento de la misma a lo largo del período de embarazo.
Algunos cuidados deben ser realizados por las pacientes durante la gestación, especialmente si existen algunos síntomas del problema como la presencia de sangrado vaginal, debiéndose buscar la ayuda inmediata de un médico para evitar cualquier agravamiento del problema.
¿Cuáles son los principales tipos de placenta previa?
Existen, básicamente, cuatro tipos de placenta previa en función de su posicionamiento. En primer lugar está la placenta de inserción baja, que no encubre el cuello del útero y que aún permite la realización del parto normal. El segundo tipo es la placenta localizada en el extremo inferior, también conocida como placenta previa marginal, permaneciendo recostada en la apertura del cuello del útero.
El tercer tipo es cuando la placenta está posicionada cubriendo parcialmente la apertura del cuello del útero, siendo también llamada de placenta previa parcial. En este caso, el parto normal todavía es posible de ser realizado, pero dependerá de cuánto la placenta está cubriendo la abertura uterina.
Y, por último, el cuarto tipo es cuando la misma cubre completamente la entrada del cuello del útero, conocida también como placenta previa total. Este tipo es el más grave de todos, siendo siempre recomendada la cesárea, pudiendo ser necesario, inclusive, el parto prematuro del bebé.
¿Cuáles son las principales causas de la placenta previa?
Durante la fecundación del óvulo, éste se divide en dos partes distintas. La primera dará lugar al embrión y la segunda formará la placenta. En general, la placenta se formará cerca del fondo de la cavidad uterina, lejos de la abertura del cuello del útero. Sin embargo, en algunos casos, se forma en la región más baja de la cavidad uterina, causando la placenta previa.
En principio, este problema puede ocurrir con cualquier mujer durante el embarazo, pero puede tener mayor riesgo de desarrollarse en personas con algunas condiciones previas. Las mujeres que ya han tenido el problema de placenta previa en alguna gestación, que hayan pasado por una o más cesáreas o que hayan tenido algún embarazo de gemelos, generando la placenta grande, pueden tener mayor propensión de desarrollar el problema.
Esta condición también puede estar asociada a mujeres que hayan sido sometidas a cirugías uterinas, que tengan más de 35 años durante el embarazo o que tengan antecedentes de tabaquismo y de uso de drogas, aumentando así el riesgo de desarrollar la placenta previa.
¿Cuáles son los principales cuidados que deben tomarse?
Las pacientes con placenta previa deben tomar los debidos cuidados para evitar cualquier complicación durante el embarazo. Cuando el problema es identificado en el período final de la gestación, después de la semana 20, sin que haya ocurrido sangrado, la mujer debe tener cuidado con el reposo adecuado, evitando ejercicios físicos y también situaciones de estrés. La mujer puede hacer ejercicio siempre que tenga el acompañamiento de un médico.
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Cuando durante la gestación, sin embargo, ocurre algún sangrado, también puede ser recomendada la internación de la paciente hasta que ocurra el nacimiento del bebé, garantizando así la permanencia de la mujer y del bebé siguiendo los cuidados y con vigilancia médica constante.
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conclusión
La placenta previa es un problema que puede ocurrir durante la gestación. Existen diversos tipos, entre ellos la placenta previa marginal y la placenta previa total. Las causas de este problema no son completamente conocidas, por lo que no es posible prevenir todavía.
El seguimiento realizado con el médico durante la gestación es fundamental para garantizar el diagnóstico correcto. Para cada tipo, hay cuidados y tratamientos recomendados.
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