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Síndrome del Intestino Irritable - ¿Qué Comer?

Los niveles de estrés y los malos hábitos alimentarios son cada vez más comunes en todo el mundo. Los investigadores creen que estas son las mayores causas para el aumento considerable de los índices de innumerables enfermedades, tales como las enfermedades cardiovasculares y también las enfermedades relacionadas con el intestino.

Vamos a conocer lo que es el síndrome del intestino irritable, saber cuáles son los principales síntomas de la enfermedad y entender qué comer para tener una dieta que ayude a controlar la enfermedad.

¿Qué es el síndrome del intestino irritable?

El síndrome del intestino irritable, también conocido como síndrome del colon irritable, colon espástico o enfermedad intestinal funcional, es una enfermedad funcional crónica del intestino grueso que presenta alteraciones en el movimiento, la sensibilidad y también en las secreciones del intestino.

Esta enfermedad puede generar una enorme incomodidad y trastorno, siendo considerada uno de los motivos más comunes de quejas en las consultas al gastroenterólogo y que exige cuidados a lo largo de la vida de los pacientes.

Los alimentos, cuando son ingeridos, llegan primero al estómago, pasando posteriormente por el intestino, que promover la transferencia del alimento del estómago al recto, pues está revestido por músculos que contraen y se relajan creando así un movimiento.

Cuando el paciente tiene el síndrome del intestino irritable, estas contracciones pueden ser más fuertes y duran más tiempo de lo normal, generando así algunos síntomas bastante característicos de la enfermedad, entre ellos los dolores, la acumulación de gases, la diarrea y la flatulencia. Este síndrome también puede generar la reducción del tiempo de las contracciones, retrasando el paso de los alimentos y dejando las heces más endurecidas.

El diagnóstico se realiza básicamente a través del examen clínico del paciente que normalmente presenta dolor e incomodidad en la región del abdomen, además de tener un historial de cambios en los hábitos intestinales y también en las características de las heces. En el examen clínico es posible identificar la presencia de dolor durante la palpación profunda del abdomen y también una posible distensión, pero otros exámenes deben ser realizados, pues los síntomas pueden ser fácilmente confundidos con otras enfermedades gastrointestinales.

Las causas del síndrome del colon irritable no son totalmente conocidas, pero entre algunos de los posibles motivos están los problemas alimentarios de intolerancias y alergias, el aumento del estrés, que puede agravar bastante los síntomas del problema, cambios hormonales en las mujeres, que causan un problema aumento en la incidencia de la enfermedad, el crecimiento excesivo de determinadas bacterias en el intestino, problemas en el sistema nervioso, algunos tipos de infecciones, además de diversas otras enfermedades relacionadas con el intestino.

La mayoría de las personas presentan síntomas de dolor abdominal, cólicos, sangrado en el recto, deshidratación severa, constipación o diarrea, acumulaciones de gases, pérdida de peso involuntaria, náuseas, abdomen sofocado, letargo, deficiencia de hierro y anemia, vómitos, entre otros.

Estos mismos síntomas pueden estar asociados a otras enfermedades y deben persistir por lo menos seis meses para que sea considerado crónico, siendo importante la adecuada evaluación de un médico para la realización del diagnóstico.

Un pequeño grupo de personas con el síndrome del intestino irritable puede presentar síntomas bastante severos y muchos de los pacientes logran controlar bien los síntomas con algunas en la dieta y en el estilo de vida.

Cuando los síntomas son más graves, puede ser necesaria la intervención médica y el tratamiento con medicamentos específicos. Esta enfermedad básicamente se presenta en tres tipos:

  1. Con Estreñimiento: Este tipo se caracteriza por el síndrome del intestino que puede ser diario, pero son más difíciles y las heces más duro en una pequeña cantidad, la sensación restante de la eliminación incompleta. Los pacientes, en este caso, necesitan realizar un esfuerzo mayor y sufren con dolores abdominales constantes y distensión abdominal, además de la sensación de acumulación de gases.
  2. Con la diarrea: Este tipo se caracteriza por múltiples evacuaciones durante todo el día que suele producirse después de las comidas, con el líquido de pequeño volumen o heces blandas y pueden tener moco e incluso sangre. El dolor abdominal generalmente es aliviado después de la evacuación y el paciente puede presentar intestino desregulado y con carácter de urgencia.
  3. Alterna o mixto: El paciente con alterna o de tipo mixto puede tener dos tipos anteriores de síndrome del intestino irritable cambiando momentos con presencia de síntomas como la diarrea y momentos con síntomas de tipo con estreñimiento, y puede haber cambios en la condición del paciente y también en la consistencia de las heces.

¿Cómo tratar el síndrome de intestino irritable?

El tratamiento se centra básicamente en la reducción de los síntomas y en la mejora de la calidad de vida del paciente, ya que a menudo las causas son desconocidas. Las alternativas de tratamiento incluyen el uso de medicamentos específicos, además del control de la alimentación a través de una dieta para intestino irritable que abarca los alimentos que pueden ser consumidos por el paciente, recomendándose también la eliminación de algunos alimentos que pueden agravar los síntomas, como bebidas gaseosas, alimentos grasos, cafeína, alcohol, productos lácteos y gluten.

El aumento de la ingestión de agua también es fundamental para ayudar en la hidratación y la recuperación de la enfermedad, principalmente para los casos en que hay deshidratación severa. Durante el tratamiento también es importante que el paciente haga cambios en el estilo de vida, incluyendo la práctica de ejercicios físicos regulares, la mejora de los hábitos de sueño, además de la reducción del estrés y la ansiedad.

En los casos en que los síntomas son más graves, se recomienda el uso de medicamentos que pueden incluir remedios antiespasmódicos, anticolinérgicos, medicamentos para tratar la diarrea y medicamentos antidepresivos, que pueden ser utilizados debido a los desequilibrios de serotonina causados ​​por el síndrome.

El uso de medicamentos sólo debe realizarse con la orientación de un médico, no debiendo ser utilizado o interrumpido sin orientación.

¿Qué comer y cómo montar una dieta para el intestino irritable?

Una dieta para intestino irritable debe ser montada incluyendo alimentos que no provoquen irritación y retirando los alimentos que pueden agravar los síntomas. Los alimentos estimulantes que contienen cafeína, entre ellos el café, el té negro, el té-mate, el té verde y el chocolate, deben ser eliminados de la dieta. Los alimentos con mucho azúcar o grasas también pueden aumentar la irritación del intestino. Las bebidas alcohólicas y los condimentos también deben ser retirados de la dieta.

La dieta debe ser preferentemente dividida en pequeñas comidas a lo largo del día, evitando grandes cantidades de comida a la vez, facilitando así la digestión. Algunos alimentos poseen propiedades calmantes y ayudan a prevenir las crisis de la enfermedad. Se pueden incluir tés como el de camomila, menta o cidera, frutas no cítricas como la manzana, la pera, la manga, la papaya, la uva, la ciruela, el aguacate, entre otros, así como algunas verduras, entre ellas la zanahoria, la calabaza, la col, el pepino, el chuchu y la lechuga.

Las carnes blancas de pollo o de pavo, así como los peces, también pueden añadirse a las comidas. Los alimentos probióticos como el yogur o el kefir son excelentes para ayudar en el equilibrio de la flora intestinal. Estos alimentos contienen microorganismos vivos, en general bacterias, que pueden mejorar la calidad de la flora microbiana en el intestino que se ve afectada en función de los síntomas de diarrea y deshidratación.

conclusión

El síndrome del intestino irritable es una enfermedad del intestino grueso que causa cambios en el movimiento, la sensibilidad y las secreciones del intestino. Hay muchos síntomas de esta enfermedad que pueden generar gran incomodidad para la vida de los pacientes, incluyendo vómitos, náuseas, estreñimiento, diarrea, deficiencia de hierro y anemia, letargo, acumulación de gases, entre muchos otros.

El tratamiento puede hacerse con pequeños cambios en la dieta y en el estilo de vida, siendo importante saber qué comer y que se puede utilizar el uso de medicamentos en casos más graves.

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