Hacer sus comidas más temprano en el día puede ayudar a disminuir la presión alta y los riesgos de la diabetes
Siempre pasamos mucho tiempo discutiendo sobre qué comer, pero y si estamos dejando de lado algo tan importante que pudiera cambiar nuestra salud? Por primera vez, un estudio ofreció datos concretos que demuestran precisamente que comer más temprano durante el día puede afectar nuestra salud tanto como lo que estamos comiendo.
Los estudios en animales han descubierto que las dietas con restricción de tiempo pueden reducir el riesgo de diabetes, estabilizando el azúcar en la sangre. Para ver si el mismo es aplicable en humanos, un equipo de investigación de la Universidad de Alabama en Birmingham (UAB) reclutó a un grupo de hombres con sobrepeso, todos casi diabéticos, para participar en un estudio controlado de 10 semanas.
La mitad del grupo hizo tres comidas al día en un período de seis horas, comenzando alrededor de las 6:30 y terminando a las 15h (con eso ayunaron durante 18 horas al día). La otra mitad hizo tres comidas durante un día típico de 12 horas. Los grupos cambiaron los regímenes alimentarios después de cinco semanas.
Al final del estudio, quedó claro que comer dentro de una ventana de seis horas en comparación con una ventana de 12 horas produjo tres grandes beneficios.
- En primer lugar, la sensibilidad a la insulina de los participantes aumentó, resultando en un mejor control del azúcar en la sangre (la insulina es la hormona que mantiene el azúcar en la sangre bajo control, la sensibilidad reducida a la insulina es una característica de la pre-diabetes y la diabetes).
- La presión sanguínea de los participantes también mejoró tanto como si estuvieran tomando una dosis normal de remedio para la presión.
- Y su apetito fue reducido (un resultado paradójico considerando cuántas horas al día no estaban comiendo, pero previsible porque el nivel de azúcar en la sangre se había estabilizado).
Los investigadores creen que los resultados ocurrieron por alinear los horarios de las comidas con los ritmos circadianos naturales.
"Si usted come por la noche, es malo para su metabolismo", dijo la principal autora del estudio, Courtney Petersen, profesora asistente del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la UAB. "Nuestros cuerpos están optimizados para hacer ciertas cosas en determinados momentos del día, y comer en sintonía con nuestros ritmos circadianos parece mejorar nuestra salud de varias maneras."
Es importante resaltar que los beneficios no vienen de la pérdida de peso, porque todos los participantes ingerido suficientes calorías para mantener su peso corporal. "La capacidad de nuestro cuerpo de mantener el azúcar en la sangre bajo control es mejor por la mañana que por la tarde y por la noche", agregó Petersen, "por lo tanto, tiene sentido comer la mayor parte de la comida por la mañana y al inicio de la tarde".
Este fue un pequeño estudio de sólo ocho participantes, pero como un puntapié inicial, los resultados son importantes. Como la diabetes continúa creciendo en una población cada vez más obesa, estrategias como cambiar los horarios de las comidas para estabilizar el azúcar en la sangre pueden hacer una gran diferencia. Lo mismo para la presión arterial - reducir la cantidad de medicación que los pacientes toman cambiando cuando comen es un enfoque que tiene sentido.
Dicho esto, las dietas en tiempo restringido no son fáciles de seguir. Comprimir todas las comidas entre las 6:30 de la mañana y las 15 de la tarde es un desafío. Estamos acostumbrados a cenar al menos de las 17h a las 19h, generalmente seguido de una merienda o dos más tarde por la noche. Cambiar esta mentalidad requiere trabajo.
Lo que más complica es la creciente popularidad de las dietas en ayunas, la mayoría sin el apoyo de la ciencia basada en evidencias, pero alimentada, como todos los modismos de dieta, por la demanda del público en conquistar las peores tendencias de nuestros cuerpos.
El estudio más reciente utiliza un método de ayuno (ya que los participantes no comieron durante 18 horas en lugar de 10 o 12), pero el foco no era restringir las calorías a través del ayuno, sino cambiar cuando se consumen.
Más investigaciones con más participantes son necesarias, sin duda, pero esos descubrimientos preliminares merecen una cierta atención. Las opciones alimenticias son importantes, pero cuando consumimos la comida que elegimos puede ser importante.
El estudio fue publicado en la revista Cell Metabolism.
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